Nuestro logo presenta la imagen de El Quijote de la Mancha, el que cubre sus ojos con lentes negros y porta un bastón en lugar de su lanza. Detrás de él se puede observar un molino de viento con cuatro aspas.

Politeama 6 parte A

POLITEAMA
REVISTA ELECTRÓNICA editada por el Taller Cultural
SIN SO CIEGO
Año 1 – Nº 6 – Marzo de 2008

UNA MIRADA DIFERENTE PARA OBSERVAR CON OTRA OPTICA, LA CULTURA URUGUAYA Y DEL MUNDO A TRAVÉS DE SUS DISTINTAS MANIFESTACIONES




INDICE VIAJERO


Editorial pag.2

Las desventuras de un colombiano en la tierra de Jesús pag.3

La tumba de Jesús pag.8

El “ arca de Noé “ pag.10

Viajar a la India pag.13

La belleza del Taj Mahal empieza a teñirse de amarillo pag.17

Los guerreros chinos de terracota pag.18

Crónica de una visita a Chiapas pag19

La Magia se hace presente en Cuzco y Machu Pichu pag21

















EDITORIAL

Dentro de unos pocos días, dará comienzo la tradicional Semana Santa, también denominada en Uruguay semana criolla o semana de turismo, por parte de aquellas personas que no profesan firmes creencias religiosas.
Cientos de miles de compatriotas aprovecharán estos días para viajar, eligiendo muy atractivos destinos, ubicados aquí o en el exterior, y ha su regreso, por fin el país se pondrá en marcha.
No caben dudas de que el viajar como se menciona habitualmente “ nos abre la cabeza “y nos posibilita descubrir nuevos horizontes y cosmovisiones.
En estos momentos, luego de haber transcurrido ya más de 6 años de que se llevaran a cabo los brutales ataques a las torres gemelas de Nueva York, lo que hasta no hace mucho parecía un acontecimiento imposible está ocurriendo en este mismo instante, nuevamente esta ciudad está recibiendo hoy a infinidad de turistas provenientes de todas partes del viejo continente. .
Será posible que el consumo gane su batalla al miedo, permitiendo por ejemplo que miles de turistas españoles( favorecidos por la fortaleza del Euro respecto al alicaído Dólar ) viajen a pasar allí sus fines de semana, adueñándose de las famosas avenidas para dar rienda suelta a sus voraces impulsos, dejando atrás las más grandes incertidumbres respecto a posibles atentados.

Nuevamente Politeama los invita a viajar por distintos lugares e informaciones, esperando aportar nuevos aromas, colores, sensaciones y miradas que esperamos sean de vuestro agrado.
Les deseamos a todos que disfruten de muy gratos momentos en compañía de su familia y al mismo tiempo les enviamos huevos de pascua y conejitos de chocolate, roscas y trenzas azucaradas para compartir con sus familiares y allegados.

Muy felices pascuas.















Es la tumba de Jesús, estoy seguro"
Ojalá te guste verlo como cultura ven vamos a viajar.
Cuando los funcionarios del aeropuerto de Tel Aviv me ordenaron que me quitara el pantalón, no lo pensé dos veces pese a que no tenía calzoncillos.
La escena no iba a ser de su agrado y para mí sería una pequeña venganza por la hora del interrogatorio a la que me habían sometido. Me los bajé, los dos dijeron algo en hebreo y se taparon la cara. Lleno de rabia, pero parcialmente resarcido, emprendí el regreso a casa.
Por: FOTOGRAFÍAS Y TEXTO ADOLFO ZABLEH DURÁN © 2007

Pero ese es el final de la historia. El comienzo es en el mismo aeropuerto de Ben Gurion tres días antes. Son las cuatro de la mañana de un domingo y el lugar está tan lleno que parece lunes a primera hora. Poco tardo en hacer la conversión del cristianismo al judaísmo, religión que usa el sábado para descansar. Al ser domingo, primer día laboral, la semana es virgen y seis días de trabajo preceden al próximo sabbath.
Armé el viaje sobre la hora, sin saber cómo llegaría a Cafarnaum ni qué encontraría allí. Tuve idea de lo que se venía cuando un agente de aduana me retuvo durante quince minutos, mientras consultaba por cuánto tiempo debía darme la visa. En un país donde cualquier hecho que se salga del protocolo es un posible atentado terrorista, razones no faltaban para que sospecharan de un hombre colombiano viajando solo, con cara de árabe y apellido Zableh.
Sin mucho drama me dieron visa por una semana, aunque de haber sabido que mi abuelo, Bichara, era palestino, nacido en Belén y que mis planes después de ir a Cafarnaum eran ser el primer miembro de mi familia en setenta años en visitar su pueblo, seguro me deportaban. A cambio de eso, dejaron el plato fuerte para la salida.
***
Ninguno de los cuatro puntos de información del aeropuerto me sirvió para datearme sobre Cafarnaum, pueblo que es importante para los católicos porque allí Jesús predicó e hizo milagros; los israelíes no creen en un hijo de Dios hecho hombre, así que no saben de qué se trata.
Decepcionado y con maletín al hombro empecé a caminar sin hacer caso a los letreros de taxis y buses, como si quisiera tragarme Tel Aviv a pie. Llegué a un edificio de parqueaderos y en el primer piso ví un Avis Rent a Car. El empleado debió ver mi cara de desconsuelo o estar ansioso de hacer una venta, porque enseguida preguntó qué necesitaba.
Con poca convicción le dije que quería ir a Cafarnaum, pero que solo sabía que quedaba junto al mar de Galilea y que la ciudad más cercana era Tiberias.
Tras buscar en Google me dijo que tres horas por tierra hacia el norte serían suficientes. Agradecido y apenado le pregunté por cuánto me alquilaba un carro. La respuesta, pornográfica para mi presupuesto, no la voy a revelar.
A cambio de eso me indicó cómo llegar al terminal de buses. Una advertencia me hizo antes de irme: cuidado con los rusos, que en el país pululan y por lo general no se dedican a ayudar al prójimo.
***
Por momentos me siento en mi natal Colombia. Como ahora, que estoy a punto de entrar al terminal de buses, un monstruo descuidado de siete pisos con detectores de metales y soldados requisando maletas. El lugar no tiene nada que envidiarle a un terminal colombiano. El piso sucio, almacenes con mercancía barata, personas por ahí sin hacer nada, salvo mirar quién da papaya, y en los altoparlantes música de Shakira.
Compro el pasaje a Tiberias. Tengo una hora antes de que salga el bus.
Cambio euros por shekels y camino por ahí. Afuera hay una fila de carros con padres
que despiden a sus hijos como si estos fueran al colegio, pero en realidad van a cumplir con la obligación del servicio militar. En Israel el ejército puede ser un trabajo más que permite descansar en casa el fin de semana y luego retornar el domingo a la base. Es tanta la cercanía en algunos casos que un soldado puede ir todos los días de su casa a la base y regresar al hogar al final de la tarde.
Rumbo a mi sala de espera se me acercan dos jóvenes rusos. Están borrachos y me hablan en hebreo. No les entiendo y así se lo hago saber, pero en inglés.
Con esta cara de árabe que me gasto creen que les estoy mamando gallo y se ponen agresivos. La situación comienza a ponerse difícil hasta que un soldado israelí logra alejarlos. Superado todo, aprovecho para preguntarle por su trabajo.
Israel es más pequeño que Dinamarca, pero tiene más de trescientos mil soldados. Hombres y mujeres tienen que prestar servicio militar -tres años y 21 meses, respectivamente-, y una vez dados de baja permanecen en la reserva hasta los 45, lo que significa que una vez al año deben prestar servicio entre dos y tres semanas. Mi amigo, por ejemplo, tiene 33 años, dos hijos y espera un bus que lo lleve a su base, cerca a Netanya.
Mi bus ha llegado. Somos ocho civiles en medio de 40 militares. El bus hiede a ajo, no porque todos hayan desayunado lo mismo ese día, sino porque años de comer esa especia hace que quede impregnada en sus cuerpos. El viaje comienza a las ocho de la mañana y terminará 150 kilómetros, un millón de escalas y casi cuatro horas después.
***
"Tiberias", dice el conductor, cumpliendo así el favor que le pedí. Aquí, hace dos mil años, Herodes Antipas discutía con sus consejeros si Jesús era o no una amenaza para el imperio romano. El nazareno vivía por entonces en Cafarnaum, a quince kilómetros de distancia, y hacía poco se había negado a que sus seguidores lo coronaran simbólicamente. Aún así, lo mataron. Es que hombres buenos sacrifican todos los días, aquí y en Cafarnaum.
Pregunto si a mi destino puedo llegar en bus. "Solo si viene con un grupo de turistas", me responden. Será taxi entonces, será Samuel quien lo conduzca, un judío de 59 años nacido en Turquía, serán 80 shekels. El arreglo es llevarme a Cafarnaum, recogerme cuatro horas después y regresarme a Tiberias.
Desde la comodidad de su Mercedes Benz modelo 2003 puedo apreciar mejor lo mismo que había notado desde el bus hediondo a ajo: Israel es una mezcla de desierto de La Guajira y Sabana de Bogotá. Inmensos campos amarillentos y verdes cultivos alternan en el paisaje, que por estos lados es aun más bello gracias al Mar de Galilea. Alimentado por el río Jordán y con 166 kilómetros cuadrados, es la principal fuente de agua potable del país. Sobre sus aguas caminó Jesús, pero otra cosa piensan dos científicos, Doron Nof y Nathan Paldor, que concluyeron que el hijo de Dios se valió de un trozo aislado de hielo flotante,
un fenómeno en el norte de Israel que en la época se presentaba cada 160 años.
Llego a Cafarnaum a las 12:30 del día. El sol calienta a placer ese lugar que parece abandonado por Dios, más allá de que alguna vez allí haya vivido su único vástago. Un letrero azul con letras blancas que reza "Capharnaum, the town of Jesus" me da la bienvenida.
***
Kefar Nahum, Kapharnaum, Kapernaum, Capernaum o Tell Hum (variaciones que van del hebreo al griego y luego al árabe) es hoy un sinnúmero de ruinas agrupadas en mil metros de largo por trescientos de ancho. Fundada en el siglo II a.C., fue abandonada mil cuatrocientos años después. Un terremoto la deterioró aproximadamente en el 746 de nuestra era, pero su fin se establece alrededor del siglo XII, sin que nadie pueda darle al hecho una explicación exacta.
A 210 metros por debajo del nivel del mar, fue pueblo de pescadores y artesanos. Allí Jesús se estableció durante su vida adulta luego de que fuera expulsado de Nazareth, también conoció a Pedro y lo hizo su discípulo más cercano, hizo milagros e incluso se inscribió como habitante del poblado llegada la hora de pagar los impuestos.
Sobre su suelo, Dios hecho hombre sacó el demonio de un asistente a la sinagoga, resucitó a una niña y curó al siervo de un centurión romano, milagro que dio origen a la frase: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme" que los católicos repiten una y otra vez. Tanta historia divina no impidió que el lugar fuera olvidado hasta 1838, cuando sus despojos fueron redescubiertos. El terreno fue adquirido en 1894 por los franciscanos, que construyeron un monasterio, levantaron una cerca
para evitar saqueos y plantaron árboles.
Cafarnaum se fue llenando de vida y con diecinueve excavaciones entre 1968 y 1986 se recuperaron las ruinas. Hacia el final de las obras, una sequía causó un descenso en el Mar de Galilea, lo que dejó al descubierto una barca de ocho metros de largo. Catorce años de análisis y restauraciones establecieron que tenía dos mil años de antigüedad. Muchos calificaron de milagro haber dado con el bote donde Jesús y sus discípulos pescaban.
***
El letrero a la entrada es más claro. Abierto todos los días de ocho a cinco, tres shekels cuesta la entrada y está prohibido fumar, ingresar en pantaloneta o con armas. Luego hay un puesto donde se pueden adquirir folletos, libros, afiches, videos y demás souvenirs en los siguientes idiomas: italiano, español, alemán, ruso, inglés y francés.
De alguna forma los grupos de turistas se las arreglan para no estorbarse unos a otros. Llegué hace menos de media hora y ya se han parqueado afuera buses con japoneses, angoleños y mexicanos. Como si fuera algo acordado de antemano, cada uno agarra hacia una dirección distinta y el respectivo guía de grupo comienza con la explicación. Yo prefiero recorrer el sitio por mi cuenta.
En Cafarnaum vivía Pedro -Simón, antes de que Jesús lo rebautizara-. Era un pobre pescador ducho en reparar redes y dormir adentro de su barca. Se casó y se fue a vivir a casa de su suegra. Sobre dicha casa está una iglesia octogonal sostenida por varias columnas. Está elevada y al ingresar descubro que en su centro el piso es de vidrio y que debajo están los restos de la casa del apóstol y justo en el centro, el cuarto donde durmió Jesús.
La vieja construcción no tiene más de ocho metros y pese al cristal se puede observar la habitación circular hecha de piedra donde reposó el Mesías.
Concentrado, trato de imaginar a un señor barbado y bondadoso que reposó allí dos mil
años atrás. Cuando vuelvo a la realidad, alzo la mirada para recorrer de nuevo la iglesia. La excursión de angoleños está ahí y uno de ellos, un negro de más de 1,90 m de altura, se quita los zapatos y se arrodilla para besar el piso y rezar. Esto es sin duda la máxima atracción del recorrido, el cual apenas he iniciado.
Cafarnaum era un pueblo de gente humilde. Las casas construidas en basalto eran pequeñas celdas a las que apenas les entraba el sol. Cada barrio estaba separado por estrechas callejuelas, muchas de ellas sin salida. Todo esto no lo puedo injerir solo viendo las ruinas, en realidad le copio todo al guía de los mexicanos.
Hago cara de que el asunto no es conmigo, pero sigo escuchando. Además de pescadores, sus habitantes eran agricultores, comerciantes y artesanos. En las excavaciones del siglo pasado se encontraron artefactos hechos en piedra, arcilla y hasta vidrio. Molinos para los granos, lámparas, ollas, platos y ánforas hacían parte del botín hallado. El centro del pueblo es una sinagoga levantada en el siglo IV. Dicen que quedó semidestruida tres siglos después, cuando los persas lo invadieron y que debajo de ella hay otra sinagoga, esta de
color negra, que data del siglo I. Fue allí donde Jesús hizo los milagros que narra la Biblia.
Hoy los que invaden la sinagoga son unos 40 japoneses que atropellados por el sol acaparan la poca sombra que hay. Me alejo de ellos porque nada voy a entenderle al guía y me recuesto sobre una columna con la inscripción "El hijo de Zebidah, hijo de Juan, hizo esta columna". Tan pequeño es el mundo que cabe dentro la Sinagoga de unas ruinas tan pequeñas como la de Cafarnaum. Le pido a una familia cerca a mí que me tome una foto para el recuerdo y la mujer resulta ser bogotana. Vive en Israel porque se casó con un norteamericano que durante años fue el vocero de la embajada estadounidense en Colombia y ahora hace lo mismo, pero en Tel Aviv.
***
Golpeado por los 35 grados de temperatura y ateo como el que más, me echo en una banca. Es difícil huirle al sol pese a los muchos árboles sembrados por los franciscanos y debe ser la fe en Dios lo que les permite a los demás hacer el recorrido. Ellos creen en un ser superior, yo creo en la ciencia.
Prendo mi computador con la esperanza de dar con una red de Internet y así matar las dos horas que faltan para que Samuel regrese. El milagro me fue concedido.
Descanso y continúo. Cerca de la sinagoga hay un cementerio donde no entiendo las inscripciones en las tumbas.
Solo creyentes y piedras viejas me rodean. El aburrimiento me hace salir del perímetro para ver con qué me encuentro. Veo una construcción con siete cúpulas rosadas que resulta ser la iglesia ortodoxa griega de los siete apóstoles. Fue construida donde fue reubicado Cafarnaum tras el terremoto de 746. Es bonita y no está tan lejos -un kilómetro, calculo-, pero en el camino no hay nada donde pueda esconderme del duro sol de la tarde.
Me contento con explorar cerca. ¿Por qué dirán aquí y en Cafarnaum si aquí, en Cafarnaum, no hay nada? Contiguo al parqueadero hay una carpa atendida por una mujer de largas uñas pintadas. Se llama Fátima y vive en Tiberias. Le compro dos anillos, un pequeño cofre, un rosario, una gaseosa y una paleta de vainilla con chocolate. Sigo caminando y entro a un cultivo de mangos. El hambre me lleva a coger tres. Los árboles están sembrados entre piedras y la tierra es arenosa, pero igual florecen. Luego bajo al Mar de Galilea, a menos de doscientos metros. A la orilla hay un restaurante, el único de la
zona, donde todo el que visita Cafarnaum calma el hambre. Me quito los zapatos y
entro al agua para comprobar personalmente si se puede o no caminar sobre ella.
Faltan 45 minutos para que Samuel llegue y ya he hecho de todo. Pienso de nuevo en ir hasta la iglesia de los siete apóstoles, pero insolarme no es una opción. La carretera, incontables colinas y un lejano cultivo de bananos es lo único que se ve. Vuelvo a Cafarnaum, donde un monje de rasgos orientales habla por celular enfundado en una sotana color café. Disparo, pero él insiste en darme la espalda, no importa desde qué ángulo intente yo tomar la curiosa foto. Cinco minutos antes de la hora señalada para encontrarme con Samuel empiezo a pensar qué pasaría si él nunca llegara, ¿quién sabría de mí? El
tiempo pasa y yo me desespero, pero él aparece 20 minutos después de lo acordado,
justo cuando estaba pensando en colarme en un bus de turistas para volver a Tiberias.
Samuel es buen negociante. Por diez shekels más ofrece llevarme a Tabgha, cerca de allí, donde Jesús multiplicó peces y panes. Lo único que quiero es ver una cama, pero no puedo decirle que no. Mi visita al lugar, donde hay un monasterio y una iglesia, fue aún más rápida que la que hizo Juan Pablo II en el año 2000. En cuatro horas he visto todos los lugares santos que mi escepticismo puede tolerar, mi cuerpo reclama algo más mundano. Esa noche recorreré el centro de Tiberias, visitaré un centro comercial, comeré solo y de
regreso al hotel miraré Betty la fea doblada al hebreo.
***
La gente en Israel fue muy amable y además de cumplir con mi labor periodística tuve la oportunidad de visitar Belén, donde nacieron Jesús y mi abuelo.
Caminar por las mismas calles y hablar con gente que de alguna manera está conectada a mí fue conmovedor.
Un avión de Al Italia me esperaba en Tel Aviv para llevarme a París. El lugar estaba conmocionado por la llegada del Maccabi, el equipo de la ciudad que acababa de ganar la Copa de Europa de baloncesto. Los hinchas enloquecidos rodeaban a los jugadores y el ambiente de fiesta era lo mejor para quedarme con los mejores recuerdos del país, pero algo pasó.
En inmigración dos agentes de seguridad se ensañaron conmigo. Nunca fueron descorteses o violentos, pero la insistencia en sus métodos lograron desesperarme.
Una y otra vez me hicieron las mismas preguntas. ¿Por qué había ido a Israel? ¿A qué lugares había ido? ¿Por qué solo tres días en el país? ¿Por qué iba a París haciendo escala en Milán? ¿Dónde había oído hablar de Israel? ¿Por qué mi equipaje era tan liviano? ¿Dónde me iba a hospedar en Francia? ¿Quién pagaba mi viaje? ¿Dónde estaba el pasaje de regreso a Colombia? ¿Qué hacía yo en mi país de origen? Sudé frío cuando quisieron saber el origen de mi apellido. ¿Qué hubiera sido de mí de revelar que era palestino? "Argelino, como Zidane", respondí aprovechando el parecido. Abrieron mi maletín y prendieron mi computador, pese a que yo me había ofrecido a hacer eso desde el comienzo. Pasaron ambas cosas por rayos X y luego me hicieron abrir la maleta de nuevo.
Por último me pidieron que los acompañara a un cuarto, donde tenía que quitarme el pantalón. Un año atrás había decidido no volver a usar ropa interior; en circunstancias normales no hubiera sido capaz de desnudarme, pero dada la escena accedí con gusto y sin previo aviso dejé mis porquerías expuestas.
Se taparon la cara con claro desagrado, se dijeron algo entre ellos en hebreo y luego me pidieron que me vistiera. Era libre de irme. No tan libre en realidad. Una empleada israelí de Al Italia me dijo que para subirme al avión necesitaba mi pasaje de Francia a Colombia, el cual había dejado en París. Escoltado, con unas ganas irrefrenables de inmolarme y al
borde del llanto, fui hasta al local de Air France, donde tras tres intentos fallidos por problemas en el sistema, lograron imprimirme la reserva aérea.
El 1969 la Primer Ministro de Israel, Golda Meir, dijo a un diario que los palestinos no existían. Pues señora, donde quiera que su alma esté, uno de ellos se movió tres días por su país y fue desnudado por dos agentes de seguridad.
Aun así, no le impidieron escribir esta historia Orlando Ramírez
Lauris


LA TUMBA DE JESUS
Antena 3 emitió el mes pasado el documental ´La tumba de Jesús´, dirigido por James Cameron, resultado de la investigación que ahora aparece en forma de libro ´La tumba de Jesús y su familia´ (El Andén), obra del documentalista Simcha Jacobovici y del científico Charles Pellegrino. Quizá todo este sea fruto de una confabulación del Estado israelí, la industria audiovisual y el judaísmo mundial, o quizá mixtificación de cuatro avispados con medios, pero el relato resultante es llamativo y sugestivo, y me espolea a preguntarle ciertos detalles a Jacobovici. Recuerdo ahora el chiste que me contó el bibliotecario de Montserrat: "¡Han hallado la tumba de Jesús!", informa espantado un monje a otro, que le replica: "Ah, entonces ¡Jesús existió!".
SIMCHA JAVOBOVICI DOCUMENTALISTA ARQUEOLÓGICO
"Es la tumba de Jesús, estoy seguro"
VÍCTOR-M. AMELA - 24/07/2007
Tengo 54 años. Nací en Israel y vivo entre Canadá e Israel. Soy cineasta, ruedo documentales arqueológicos y tengo programa de televisión propio en Canal Historia. Estoy casado y tengo cinco hijos: Ziva (13), Nava (11), Josefa (8), Adin (4) y Micaela (2). ¿Ideas políticas? No sé qué decir. Soy judío practicante, pero amo la ciencia ¡Dice usted haber encontrado la tumba de Jesús!
- Sí, estoy seguro.
- ¿En qué se basa? - Sólo hay una probabilidad entre 600 de que no lo sea, según afirma Andrey Feuerverger, catedrático de Ciencias Exactas, Estadística y Probabilidad de la Universidad de Toronto.
- ¿Dónde está esa tumba?
- En Talpiot, una zona a medio camino entre Jerusalén y Belén.
- ¿Cuándo, cómo y quién la encontró?
- Una excavadora que preparaba el terreno para la construcción de pisos, en 1980, sacó a la luz su entrada esculpida en roca. La examinaron entonces tres arqueólogos de la Autoridad Arqueológica Israelí (AAI).
- ¿Qué había dentro?
- Diez osarios, pequeños ataúdes de piedra de la época de Jesús, siete de ellos con inscripciones. Fueron almacenados en la AAI.
- ¿Qué dicen esas inscripciones?
- Yeshua bar Yosef (Jesús, hijo de José). Maria (María). Yosef (José).Yosa.Mariamne e Mara (forma griega de María, también llamada maestra).Matya (Mateo)... y Yehuda bar Yeshua (Judas, hijo de Jesús).
- ¿La tumba de una familia?
- Del año 30 a. C. al 70 d. C. el cadáver se depositaba en una tumba envuelto en un sudario, y cuando se descomponía, sus familiares recogían los huesos y los guardaban en osarios, depositados en tumbas familiares.
- ¿Cree que pudo hacerse eso con Jesús?
- Esta práctica del doble entierro deriva de las creencias mesiánicas. Y los seguidores de Jesús eran de los que creían que se había producido la venida a la Tierra del Mesías.
- ¿Había huesos en el osario de Jesús, hijo de José?
- Fragmentos óseos. Y también en el de Judas, hijo de Jesús,y en el de Mariamne.
- ¿Quién pudo ser esa Mariamne?
- María Magdalena es denominada así en los Hechos de Felipe. En estas tumbas familiares sólo se enterraba juntos a parientes de sangre o de matrimonio...

- ¿Y?
- Que el laboratorio de paleontología de la Lakehead University recuperó ADN mitocondrial de los huesos y determinó que no había vínculo genético entre Jesús y Mariamne: eran, pues, esposos. Y Judas, su hijo.
- ¿Por qué llamarían Mariamne a María Magdalena?
- Una cuarta parte de las mujeres de entonces se llamaban Míriam. Para distinguirlas, se adoptaban variaciones: Mariamne es una versión griega.
Magdala era una ciudad helenizada, ¡y su osario es el único de esa tumba inscrito en griego! Dice la tradición cristiana que su hermano Felipe fue el apóstol que predicó a los judíos de habla griega...
- Pero, de todos modos, este Yeshua pudo ser un Jesús distinto del de los Evangelios.
- Que estén todos estos nombres juntos no es estadísticamente normal: la combinación de Jesús, dos María, un José, un Mateo, un Yosa y un Judas nos fuerza a deducir que ésta era la tumba del Jesús histórico.
- Es sólo una interpretación estadística.
- El Evangelio de Marcos dice que Jesús tuvo cuatro hermanos, uno Yosef, pero con el extraño sobrenombre de Yosa.¡Y ahí está!
- ¿Algún evangelio sugiere que Jesús y María Magdalena fuesen pareja?
- Los evangelios canónicos sitúan a María Magdalena en lugares y momentos sólo propios para la esposa, como en la crucifixión y el entierro (¡sólo la madre o esposa podía preparar el cuerpo desnudo de un hombre para su entierro!). Y los evangelios gnósticos, coetáneos de los canónicos, afirman que Jesús "amaba a María Magdalena" más que a los otros apóstoles, y que la besó en la boca.
- ¿Y qué sabemos de Yehuda,ese hijo?
- Por el tamaño de su osario, deducimos que era un adolescente al morir.
¿Era el "discípulo querido", el heredero oculto? ¡Los romanos perseguían a todo pariente de Jesús!
- ¿Cuánto tiempo pasó el cadáver de Jesús en la tumba de José de Arimatea?
- Estuvo primero en una tumba cerca de la cruz: ahí se alza hoy la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. El sábado por la noche los discípulos lo trasladan a la segunda tumba, esta tumba de Talpiot, que debió de ser la que les prestó José de Arimatea.
- Quizá todo esto sea una falsificación.
- ¡Nadie se ha atrevido a insinuar eso!
- ¿Qué dice el Vaticano del hallazgo?
- Monseñor Falco, en Francia, me dijo que si era la tumba de Jesús, la Iglesia católica tendría que reformular sus creencias en torno a la resurrección y ascensión de Jesús. Pero yo opino que podrían seguir creyendo en una ascensión espiritual...
- El judaísmo estará regodeándose, ¿eh?
- Los judíos no hablan de esto. Y la Iglesia siempre ha ignorado al Jesús histórico, por demasiado judío. ¡Ojalá se investigue más!
- ¿Alguien estudia ahora esa tumba?
- Nadie, por ahora. En el 2005 yo redescubrí el bloque de hormigón con que se tapó al hacer los pisos, lo levanté y entré a filmar.
- ¿Qué sintió?
- Muchísima emoción. Era el primero en grabar imágenes de uno de los lugares más importantes de todos los tiempos.

- ¿Qué momento fue el más intenso?
- Levantar el bloque de hormigón y ver el extraño signo esculpido en la antecámara: un círculo con un ángulo encima... Me recuerda a símbolos luego masónicos.
- ¿Pudieron ver esa tumba los templarios?
- Quizá sí... Se les acusó de profesar la herejía de que Jesús no era divino... ¿Hallaron ahí rollos con antiguas escrituras? No lo sé.
- ¿Pudieron llevarse huesos de la tumba?
- Se les acusó de adorar una calavera...


El Arca de Noé

Los hombres que descubrieron el arca de noe usaron radares satelitales. afirman que esta en el sitio que señala el coran y no donde indica la biblia. todo el hallazgo paso a paso. Fuente : Revista Conozca Mas.

Un equipo de arqueologos liderados por el turco Salih Bayraktutan y el norteamericano David Fasold, afirma haber hallado en Turquía los restos del arca.
estarian en la montaña al judi, como lo señala el coran, y no en el monte ararat, como afirma la biblia. usaron poderosos radares de penetración de suelo y sostienen que gran parte de la nave esta intacta. si se logra extraerla, será el hallazgo del siglo.
El lugar donde estaría el arca fue revelado en una carta de un monje caldeo a antiochus 1° de Babilonia, doscientos años antes de Cristo.
En las solitarias montañas de Al Judi, en Turquía, en un sitio que algunos musulmanes consideran sagrado, un grupo de arqueólogos acaba de hacer un descubrimiento
que obligará a escribir de nuevo muchas páginas de la historia del hombre.
Según el experto norteamericano David Fasold y el profesor turco M. Salih Bayraldutan, de la Universidad Atatuurk, a cargo de las investigaciones, acaban
de detectar el lugar exacto donde se encuentra enterrada el Arca que Noé construyera por mandato de Jehová , poco antes de que según La Biblia, el diluvio
universal cubriese de agua la totalidad de la tierra. Esa nave mitológica estaría sepultada bajo miles de toneladas de roca y pudo ser localizada con ayuda
de precisos radares de penetración de suelos, colocados en un satélite de rastreo geológico. Las imágenes obtenidas, dice Fasold, revelan que el arca está
apoyada en una gran roca y que está volcada un poco hacia su costado derecho. Este hallazgo otorga validez científica a las escrituras y hace empalidecer
la importancia de los rollos del Mar Muerto.
Claro que para dar por cierto este hallazgo, es preciso que antes supere un sinnúmero de pruebas científicas, que van desde los controles con Carbono 14,
para conocer la verdadera antigüedad del material de estudio, hasta el riguroso examen por parte de severos arqueólogos de las piezas que se vayan recuperando.
El equipo de David Fasold está seguro de que en poco tiempo más podrán revelar ante los ojos del hombre uno de los mayores misterios de la humanidad. Se
sabe además que se abrirá una inquietante polémica ideologica.
La Biblia consigna que la venerable nave luego de la inundación, " varó sobre los montes de Ararat". El Corán, por el contrario, Revela que fue otro su
puerto: la montaña Al Judi, a solo 50 Km de esos montes. A lo largo de los siglos se aceptó la versión bíblica. El descubrimiento de David Fasold y su
equipo está por demostrar que el sitio preciso era el señalado por el Libro Sagrado del Islám. "Bajo la montaña Al Judi, asegura Fasold, yace el Arca de
Noé. Ese lugar ya estaba revelado en una carta que un monje caldeo le hiciera llegar a Antiochus 1, en Babilonia, doscientos ochenta años antes de Cristo.
El monje describía el sitio en donde descansaba la nave, y hacia allí encaminé mis investigaciones."
Las primeras pruebas de que El Corán tendría razón, según el experto
norteamericano, aparecieron en 1948.Ese año un terremoto castigó a los habitantes de Nazar, un pueblo cercano a la montaña Al Judi. Después del movimiento
telúrico, los vecinos descubrieron unas formas semi cubiertas que se parecían muchísimo a las de un barco enterrado, por lo cual muchos pensaron que podría
tratarse del Arca de Noé.
Pero varios historiadores afirmaron que eso no sería posible, ya que contradecía a los textos bíblicos. Los habitantes de Nazar aceptaron la explicación
y desde entonces denominaron a su pueblo de otra manera. A partir de ese día lo llamaron Uzengily, que es el nombre de un gigante que en los cuentos tradicionales
turcos construye un barco enorme. Si no era de Noé, como afirmaban los historiadores, el barco tendría que ser del gigante de sus fábulas.
Todo siguió así hasta 1959, cuando esa extraña forma de nave fue fotografiada desde el aire por un grupo de cartólogos que estaba confeccionando mapas
de la zona. Un año después se dinamitaron los costados del montículo con el propósito de encontrar trozos de madera que revelasen la existencia de una
nave. No apareció nada y esa rara forma de la tierra fué catalogada como un simple fenómeno geológico. Bajo esa definición se mantuvo hasta Marzo de 1985,
fecha en que David Fasold llegó a la zona por primera vez.
Venía con la esperanza de revelar la verdad, la mejor carta de presentación eran sus once años como marino de los E E U U y las numerosas expediciones
que, en busca de civilizaciones perdidas, había realizado por las junglas de la península de Yucatán, las islas del Pacífico y las costas de Asia. No bien
llegó, supo que lo que estaba ante sus ojos eran los restos ocultos de un naufragio. Faltaba probarlo. En junio de 1985, Fasold y su equipo encontraron
vestigios de metales enterrados a intervalos continuos, lo que indicaría la presencia de una estructura de nueve paredes transversales y trece longitudinales.
Dos meses después, con la ayuda de un radar de penetración de suelo, lograron diseñar el interior de esa mole. En Junio de 1986 un radar más potente les
permitió descubrir la existencia de una serie de vigas rectas enterradas; para ellos, ya casi no había dudas.
El gobierno turco, por medio de sus Ministerios de Interior y de Cultura decidió ocuparse del asunto. Inmediatamente el sitio fue declarado zona de estudio
y toda el área estuvo protegida por tropas del ejército. El Profesor turco M. Salih Bayraktután y los científicos del Centro de Investigación de Terremotos
de Erzurum se hicieron cargo del proyecto.
En Junio de 1988, en este caso como consultante de la Universidad Ataturk, David Fasold regresó a Turkía. De inmediato se integró al equipo del Profesor
Bayraktutan y profundizaron las investigaciones. Para entonces ya se había constituído la Comisión de Altos Estudios para el Arca de Noé, pues la zona
estaba considerada de enorme valor arqueológico; pero el enigma de la nave sagrada continuaba sin resolverse.
David Fasold no tenia dudas acerca de lo que había debajo de esa montaña. Es la raíz de la historia del relato bíblico del Diluvio-dice- son los restos
de una enorme balsa de cañas, con forma de bote, idéntica a la que hace siglos se construían en Sumer. Los troncos que oficiaban de soportes ya no existen,
los venció la putrefacción; los espacios vacíos fueron cubiertos por el cieno que arrastró el agua a lo largo de los años.
El radar muestra donde se hallaron alguna vez esos troncos, y establece una clara diferencia entre el lodo acumulado y los materiales originales. En cuanto
se tuvo noticias del notable hallazgo, el sitio fue invadido por intrusos que burlando la guardia del ejército intentaban apoderarse de trozos de la reliquia.
Rompían las paredes de piedra sin ningún control, con el riesgo de destruir material de fundamental importancia. "Ningún extraño tiene derecho a martillar
sobre este objeto,- se indigna el Profesor Bayraktután-, en los últimos años hemos evitado muchas invasiones al lugar, en especial de gente de América
y Australia."
Desdichadamente, por la nieve que cubre el sitio en invierno y por la humedad del suelo, es una zona donde la madera no consigue petrificarse, por lo que,
según Fasold, la estructura ya casi no existe. "Pero hemos ubicado el sitio exacto donde estaba su estructura. Contamos con un diez por ciento del total
del arca, por lo que poseemos la mejor parte", asegura con entusiasmo. No duda que la nave tenía dos componentes: "Una gran sección de la parte inferior,
que cumplía las funciones de flotación, estaban realizados en caña, esto se ha perdido en su totalidad. El puente superior estaba hecho con vigas de madera
resistente, sospecho que será cedro, lo mismo que su casco. Un pesado felpudo de cañas protegía la cubierta. Toda la nave está reforzada con betún y brea.
Podemos distinguirla en perspectiva desde la cubierta principal hacia arriba, en una observación de aproximadamente seis metros, el resto ya no existe."
Sobre la base de unos cálculos efectuados por Fasold y los suyos, la nave coincidía con las dimensiones que se ofrecen en La Biblia. A cifras actuales,
abría tenido una estructura de doble proa con 166 metros de largo, 22.50 de ancho y 13.5 de alto. Poseía una cubierta de 98 metros cuadrados. Era de tres
pisos, con una superficie de 3037.5 metros cuadrados cada uno, y un total de 9112.50 metros cuadrados.
Su peso completo superaría las 40 000 toneladas. Según el astrónomo Robert A. Moore, que se opone a las teorías de Fasold, es prácticamente imposible que
se haya construido una nave de esas características en aquellos tiempos, ya que - según dice- se hubiese necesitado de una tecnología que recién apareció
en los albores del siglo XIX. "Las pirámides de Keops, alzadas tres mil años antes de Cristo,-responde el arqueólogo norteamericano-tiran por tierra esa
teoría y aún permanecen en pie junto al enigma de su construcción."
Por su parte, Samuel Windsor, arquitecto e ingeniero de la marina en Seattle, EEUU, y miembro de la prestigiosa firma Bronson & Windsor avala en un todo
la hipótesis de David Fasold. Winsord visitó la zona en donde están los restos de la nave y luego de minuciosos estudios fue terminante en su juicio: "David
Fasold ha encontrado el verdadero sitio del arca. En mis investigaciones descubrí que se trata de un verdadero prodigio de la ingeniería marina. Queda
claro que sus constructores ya conocían el número Pi".
"Después de muchos cabildeos -según la expresión del semanario inglés The Observer, que difundió la noticia hace unas semanas- el gobierno de Turquía ha
autorizado finalmente las excavaciones, que comenzarán a mediados de este año. Tendremos que trabajar lentamente y extremar los cuidados-concluyó , si
lo que se encuentra allí es el arca ,estaríamos ante uno de los mayores descubrimientos de la humanidad, el barco - madre del hombre. Tal vez en poco tiempo
puede resolverse ese enigma que lleva siglos sin respuestas."

AUTOR: ALBERTO OLIVA - EEUU

Banners/125x60_marcelo_abud
© 2003 - Santa Fe Planet - Creative Workstore
Artículo enviado a la Red Esperanza Ciegos por Elsa Graciela Antognini
ciudad de la plata argentina

Elsa de la ciudad de la plata


taller cultural itinerante SINSOCIEGO
Animación socio cultural
Educamos para la vida

Seguimos en contacto, seguimos en movimiento, seguimos jugando.

Nos puedes encontrar en :
tallersinsociego@adinet.com.uy
(598-2) 507 59 58
Celular: 096 400 462
www.tallerculturalsinsociego.blogspot.com
Creatividad en movimiento
Montevideo – Uruguay

No hay comentarios:

Publicar un comentario