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A dejado una huella inborrable: María Elena Walsh

En el día de hoy, 10 de enero, nos hemos quedado huérfanos, esa mujer que nos cantaba las mejores aventuras para estimular nuestra imaginación, nos dejó.


Sabemos que siempre estará en su obra, pero tenemos esa sensación de tristeza profunda, que se siente cuando perdemos una parte de nuestra infancia.

No se nos ocurre por esta región del mundo un nombre para una tortuga que no sea Manuelita.

Hemos tomado su té mágico en esa tetera que no se ve, compartimos ése mundo al revés tan locamente lindo, dónde sentimos que todo era posible.

Sus deliciosas obras fueron usadas en mi país en las fiestas de fines de curso, allí fue dónde conocí de niña a María Elena, luego pasó a estar en las radios y cuando fui madre, el primer casete que compré para mi hija fue el de María Elena.

Ésta argentina es en Uruguay y toda esta región: nuestra; debe ser que sentimos nuestro todo lo que amamos.

Por estos días encontrarán en Internet mucha información sobre María Elena Walsh; es por eso que preferimos poner el testimonio de lo que significó para nosotros, conscientes de que es el mismo sentir de la mayoría de las tantas generaciones que pudimos disfrutar de ella inaugurando inocencia.

Descubro que mi memoria desastrosa, recuerda la gran mayoría de su obra.

Es un tesoro de la literatura infantil y seguirá sin duda, porque en nosotros está que siga deleitando la fresca mente los más chiquitos.

Si alguien que lea esto no conoce su obra le sugiero un viaje directo a la más tierna infancia, escuchando sus canciones.

María Elena Walsh estarás siempre en nuestro corazón.
Soledad Fontela
Taller Cultural Sin So Ciego

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