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Arte callejero

Ciudades
Otro arte que hace hablar a la ciudad

Street art. Los grafitis, stencils, tags y pinturas callejeras que animan el entorno urbano

SEBASTIÁN AUYANET

Varias esquinas de la ciudad están intervenidas por una camada de artistas urbanos que con estilos, intenciones y técnicas diferentes se convierten en una nueva variante del lenguaje de la ciudad.

El boom es reciente. La historia no. Desde hace más de 15 años que las crews -esto es, los grupos de artistas callejeros- operan en Uruguay mostrando lo suyo en espacios casi que conquistados de la capital.

En esos primeros síntomas de movimiento de un arte urbano más asociado al vandalismo (ser un grafitero estaba mal visto), grupos como Kncr empezaban a dejar su rastro y su impronta estética en las calles de Montevideo.

Hace pocos años, una explosión que dura hasta hoy llevó a un primer plano a este tipo de manifestaciones. Artistas como Fiolence dicen que tal boom se debió a la globalización, a que comenzó a ser tendencia en ciudades como Buenos Aires y que rebotó.
Lo cierto es que hoy quienes despliegan estas disciplinas son a veces llamados por marcas para trabajar para eventos o por empresas para que les pinten la fachada, y a veces reconvierten paredes despojadas de vida en espacios de expresión personal.

Hoy, el arte urbano de Montevideo todavía tiene a las crews grafiteras por la ciudad (la Crew del Sur es de las que más se mueven), pero también a grupos que empezaron con encuentros casuales en determinados puntos, entre gente que encontró que una de estas disciplinas y estilos era algo a lo que había que dedicarse.

Algunas esquinas (básicamente en las inmediaciones de los barrios Sur, Palermo o del Parque Rodó, que es la zona cercana a las casas de los artistas) se vuelven espacios colectivos en los que conviven diversos estilos.

Las principales formas de arte callejero que se pueden ver por la ciudad son: el tradicional grafiti, los murales, stencils (pinturas con moldes), stickers y marcadores para hacer tags (firmas). Ciudades como Berlín o Barcelona son auténticas mecas de este tipo de arte en el mundo.

Alfalfa es hijo de exiliados uruguayos pero venezolano de nacimiento. Se vino a vivir a Uruguay. Cuenta que el paso definitivo, para él, fue animarse a llevar la familia de personajes que dibujaba en su casa a la urbe. Todo eso con un marcador. Hoy hay firmas deportivas que, conscientes de la tendencia, buscan a artistas como él para generar campañas.

Aún así, el producto de lo que Alfalfa hace es, primero que nada, parte de la ciudad. Está incorporado en lugares como el callejón donde termina la calle Hugo Prato: el museo del stencil, como lo llamaron las "Big Lala", expertas en pintar sobre moldes en varias capas.

En Montevideo, pintar en espacios públicos no está penado por la ley ni se persigue, como sí se hace en otras ciudades. "Acá la gente hasta te lo reconoce.
Te pasás una tarde pintando una esquina y no es raro que algún vecino te alcance una botella de agua. A la gente le gusta mucho porque cobran otra vida estas esquinas", cuenta Fran, quien además administra el sitio web monterama.com.uy, que reúne el trabajo de 27 artistas que muchas veces suelen agruparse para hacer trabajos en conjunto. Varios de ellos han trabajado no sólo en paredes sino también en movidas puntuales como la pintada de bancos y las lanchas del lago del Parque Rodó.

Los artistas callejeros locales comienzan en su casa y de a poco van llevando sus ideas afuera. Firman poco y prefieren ser identificados por su estilo gráfico o por las cosas que dibujan. Así, cada pared es en parte una conversación colectiva entre mensajes, mutantes, ojos y otras creaciones con temas en particular: religiones, valores o, a veces, la resignificación de personajes de la vida pop (los personajes de viejos dibujitos animados aparecen bastante) son temas que se encuentran en las diferentes paredes trabajadas. Alfalfa decidió convertir los cronopios y famas de Julio Cortázar en más personajes de su familia callejera.

El resultado, una vez que pasan todos, es ese diálogo en la pared. Con las pintadas políticas de las brigadas partidarias no hay problema, dicen. Por lo general suelen respetar una pared trabajada.

"En el 2007, mi madre se ponía muy nerviosa. Me decía `no vayas a pintar en la calle`. Hoy está orgullosa de que su hija haga pintura urbana. Eso sirve para mostrar todo lo que ha crecido el arte callejero acá", cuenta Fiolence, a punto de pintar en una fábrica sobre la ruta 5.
NIVEL. "Acá lo que pasó hasta ahora es parecido a lo de muchas bandas jóvenes. Hasta hace poco, un grupo trabajaba para comprarse la guitarra, ir creciendo y terminar sonando al nivel de una británica. Eso ya se logró. Ahora hay que lograr que las cosas además sean de acá", explica Fran. "Ya pasamos el `se puede hacer`, ahora hacer lo mismo que un artista callejero de Estados Unidos o de un chino no sirve. Abrís Internet y ya ahí tenés mil cosas, todas increíbles.
Entonces, hay que ser diferente. ¿Y cómo se logra eso? Haciendo las cosas en ese nivel pero hablando de acá. Ir a nuestras raíces que son increíbles, a nuestra historia. Eso es lo que se viene ahora. Eso es lo que termina atrayendo a la gente de afuera a ver lo que se hace acá", agrega.
Para ese próximo paso, los artistas locales entienden que hacen falta más iniciativas municipales que validen y permitan hacer crecer lo que hacen.
"El artista callejero gasta un montón de plata para tener por lo menos cinco latas para salir a pintar. Es mucha guita la que se gasta para pintar de verdad.
Lo importante acá es la práctica. Cuanto más haya, y más capacitación tengamos, la ciudad va a tener un arte callejero que sea bien de la ciudad, que además de estar incorporado cómo está, sea otra manifestación de la ciudad, otro punto cultural importante. Eso te hace que tengas una ciudad con un montón de puntos interesantes pintados super lindo e incorporados a la ciudad".

Mecas: Barcelona y Berlín son mecas del arte callejero, gracias a su estímulo constante.

Tres artistas, tres ideas
Fiolence

Pintadas

"Creo que los grafiteros que laburan hace varios años no están muy contentos con este crecimiento repentino de la gente que hace ilustración porque es algo así como una moda que vino de afuera. Pero con eso, sumado al tema de que en Uruguay no hay prohibición de pintar, están las condiciones como para que la cosa vaya mejorando. Cambió la forma de ver al arte callejero. Antes mi madre me pedía que no fuera a pintar y ahora está orgullosa".

Alfalfa

Tags, pintura

"Me parece que viene por el lado de la gente que trabaja en esto. Creo que hay que animarse y tocar puertas, pero todavía no se vislumbra una perspectiva de que esto pueda ser un modo de vida. Te puede acomodar que te llamen para pintar con lo tuyo un hostel o una fábrica, pero de momento la Intendencia tampoco te ofrece cosas como para que uno pueda comer haciendo esto. Hay pocas iniciativas en ese sentido".

Fran

Tags, pintura

"No hay encuentros pero sí talleres en los que los artistas se pasan más piques. La premisa es: tenés una ciudad muy vieja, en muchas partes gris, muy oscura.
El movimiento no va a parar ¿No será una buena idea incorporar al arte callejero como algo que es parte de tu ciudad? Hay barrios del mundo que son famosos por el arte callejero. Barcelona fue la meca, hoy es Berlín. Los artistas de acá ya tienen nivel para hacer las cosas a la altura de esas ciudades".

Un taller repleto de artistas

"El street art superó la barrera de los círculos herméticos de las subculturas urbanas" señaló el paraguayo Oz, experto en grafiti, en una entrevista realizada por la revista Freeway en su último número. Oz vino con su colega Ice de Buenos Aires para dar un taller sobre la actividad en la fundación Espínola Gómez en el que no quedó ningún cupo libre.

Algunas crews de grafiti han trabajado en actividades del programa Esquinas de la Cultura de la IMM, pero hasta ahora no se ha generado un encuentro de arte callejero.

En Uruguay, conseguir los materiales como las latas de pintura especiales es todavía muy complicado. Para eso hay que ir a comprar a Buenos Aires. Sin embargo, para creadores como Oz, el nivel de los artistas uruguayos es "impresionante" por sus estilos heterogéneos y "una capacidad de ejecución asombrosa".

No sólo monterama.com.uy junta la actividad de varios artistas locales. El sitio web de la publicación digital Aka (www.aka.com.uy) tiene entrevistas con varios artistas e imágenes de sus actividades. "En Sudamérica el street art crece a su propio ritmo, con mil caras distintas, justamente metiéndose en los infinitos caminos posibles de la ilustración, haciéndolo más social en la temática, más naíf a veces, más lúdico con los personajes, más experimental en cuanto a técnica o más violento y anárquico", explica Oz, quien señala a la ciudad de San Pablo como la referencia latinoamericana más importante.
Fuente:
El País Digital
Montevideo – Uruguay

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