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El gusto y el olfato

INSTITUTO DE OTORRINOLARINGOLOGÍA

ALTERACIONES DEL GUSTO Y DEL OLFATO

¿Cuán comunes son los desórdenes del Gusto y del Olfato?

Un estudio de investigación reciente estima que más de dos millones de
norteamericanos sufre alteraciones del Gusto y del Olfato. Otra estimación
sugiere que más de 200.000 personas visitan a un médico por alguno de estos
trastornos. Son muchos más los que no son reportados.

¿Son serias estas alteraciones?

Una persona que tenga una falla del sentido del gusto y del olfato está
privado de un sistema de advertencia temprana que la mayoría de nosotros considera asegurado. Estos sentidos nos alertan del fuego, de gases venenosos, pérdidas de gas, y comidas en mal estado. La pérdida del olfato puede ser también un signo de enfermedad en los senos paranasales, crecimientos en los pasajes de la respiración o, en raras circunstancias, tumores de cerebro. Debido que en algunas profesiones se requiere un perfecto sentido del olfato y el gusto, chefs y bomberos, entre otros, ellos pueden sufrir perjuicios económicos serios

¿Cómo trabajan el Gusto y el Olfato?

El gusto y el olfato pertenecen a nuestro sistema sensorial Químico o Quemo sensaciones.

Los complicados procesos para percibir el aroma y el gusto comienzan cuando las moléculas liberadas por las substancias que nos rodean estimulan células nerviosas especiales en la nariz, la boca y la garganta. Estas células trasmiten mensajes al cerebro, donde son identificados los olores y gustos específicos.

Las células olfatorias son estimuladas por los olores que nos rodean – la fragancia de una rosa, el olor del pan recién horneado. Estas células nerviosas se encuentran en una pequeña porción de tejido en la parte alta de la nariz, y se conectan directamente con el cerebro.

Las células del gusto reaccionan a los alimentos o bebidas mezclados con saliva que contactan con las papilas gustativas de la boca y la garganta.
Muchas de las pequeñas elevaciones que se ven en la lengua contienen estas papilas gustativas. Estas células superficiales envían la información del gusto a unas fibras nerviosas vecinas que las conducen al cerebro.

Las células del gusto y del olfato son las únicas del sistema nervioso que son reemplazadas cuando se dañan o se ponen viejas. Los científicos están examinando este fenómeno mientras investigan caminos para reemplazar otras células dañadas.

Un tercer mecanismo Quemo sensorial, llamado el sentido químico común, contribuye a nuestros sentidos del gusto y del olfato. En este sistema, miles de terminaciones nerviosas libres-especialmente en las superficies húmedas de los ojos, nariz, boca y garganta-identifican sensaciones como el olor desagradable del amoníaco, el frío del mentol, o el ¨calor¨ del pimiento picante.

Comúnmente podemos identificar cuatro sensaciones gustativas básicas: dulce, amargo, ácido y salado. Ciertas combinaciones de estos gustos-junto con la textura, temperatura, olor y la sensación del sentido químico común - producen un aroma. Es el aroma el que nos permite saber cuando estamos comiendo maní o caviar.

Muchos aromas se reconocen fundamentalmente por el olfato. Si tapa su nariz cuando come chocolate por ejemplo, tendrá problemas para identificar su aroma-aún cuando puede distinguir lo amargo o dulce del alimento. Esto es así porque el aroma familiar del chocolate es percibido largamente por el olfato. Así también es bien conocido el aroma del café. Por eso cuando una persona quiere saborear enteramente un aroma delicioso (p.ej., un chef experto probando su creación) va a inhalar profundamente con cada bocado.

¿Cuáles son las causas de las alteraciones?

El problema predominante es la declinación natural del olfato que ocurre típicamente después de los sesenta años. Los científicos han descubierto que el olfato es más agudo entre los 30 y 60 años. Comienza a declinar a partir de los sesenta años, y en una gran proporción las personas ancianas pierden su habilidad olfatoria. Las mujeres de todas las edades tienen generalmente mejor olfato que los varones.
Algunas personas nacen con poco olfato o gusto; pero la mayoría de los pacientes lo pierden por una enfermedad o lesión. Las infecciones respiratorias altas son causa de algunas pérdidas, y las lesiones en la cabeza también pueden causarlas.

Pólipos en la nariz o las cavidades sinusales, disturbios hormonales o problemas dentales pueden ser causa de alteraciones del gusto o el olfato.
También pueden ser causadas por la exposición prolongada a ciertos químicos como insecticidas y algunos medicamentos.

El humo del cigarrillo es la forma más concentrada de polución a que una persona pueda exponerse. Disminuye la habilidad para identificar olores y el sentido del gusto. Dejar de fumar mejora estas funciones; pero lentamente. Por ejemplo, Los fumadores de dos paquetes por día deben dejar por tantos años como fumaron para recuperar completamente estos sentidos.
Muchos pacientes que reciben Radiaciones por tumores de la cabeza y el cuello se quejan de pérdida del gusto y del olfato. También se pueden perder en el curso de algunas enfermedades del sistema nervioso.
Los pacientes que han perdido su laringe se quejan habitualmente de pérdida del gusto y del olfato. Estos sentidos mejoran mucho cuando los pacientes laringectomizados usan un dispositivo especial para respirar otra vez por la nariz en lugar de la traqueotomía. ( Esto enfatiza la importancia que tiene para estos sentidos el respirar por la nariz).

¿Cómo se diagnostican las alteraciones del Gusto y del Olfato?

El grado de pérdida se puede investigar con la medida de la mínima concentración de una substancia que una persona puede detectar y reconocer con exactitud.
Se puede también comparar los gustos y olores de distintos elementos químicos, las intensidades de substancias químicas diferentes, o como las intensidades crecen cuando se aumentan las concentraciones.
Los científicos han desarrollado un test fácil de administrar. Rompiendo un papel tratado se liberan diferentes olores que se deben identificar.
Para el gusto, los pacientes reaccionan a diferentes concentraciones químicas: esto puede ser un test simple ¨ beba, escupa y enjuague ¨ o químicos que son aplicados directamente en áreas específicas de la lengua.

¿Pueden ser tratados estos desórdenes?

A veces cierta medicación es la causa de estos trastornos, y la mejoría ocurre cuando se suspende o cambia el medicamento.
A pesar de que ciertos medicamentos pueden causar problemas quemo sensoriales, otros - particularmente las drogas antialérgicas – parecen mejorar el sentido del gusto y del olfato.
Algunos pacientes - especialmente aquellos con serias infecciones o alergias estacionales respiratorias - recuperan su gusto u olfato simplemente esperando que la enfermedad evolucione. En muchos casos, obstrucciones nasales tales como pólipos pueden ser eliminadas para restaurar el pasaje de aire hasta el área receptora y así corregir estos trastornos. Ocasionalmente, los quemo sentidos se recuperan espontáneamente de la misma manera que desaparecieron.

¿Qué puedo hacer para ayudarme?

Si experimenta un problema del gusto o del olfato, trate de identificar y registrar las circunstancias que lo rodearon. ¿Cuándo fue la primera vez que se dio cuenta? ¿Tenía en ese momento un resfrío o estado gripal? ¿Un golpe en la cabeza? ¿Estaba expuesto a contaminantes del aire, polen, caspa, o polvo a los que pueda ser alérgico? ¿Es un problema recurrente? ¿Aparece en una época especial del año?
Traiga toda esta información cuando visita al médico que se ocupa de los problemas de la nariz y la garganta. También esté preparado para decirle sus otros problemas de salud y que otras medicaciones está tomando. El diagnóstico apropiado realizado por un profesional experimentado le asegurará que su molestia no es imaginaria. Incluso se podrá sorprender con el resultado. Por ejemplo, lo que usted pueda interpretar como un problema del gusto en realidad puede ser del olfato.
El diagnóstico puede también llevar al tratamiento de la causa subyacente.
Muchos de estos desordenes son reversibles; pero si el suyo no lo es, es importante recordar que no está solo: Miles de otros pacientes están en la misma situación.

Este texto corresponde a un folleto para pacientes preparado por la American Academy of Otolaryngology- Head and Neck Surgery.

Traducido por el Dr. Raúl Pitashny, Miembro del Comité de Otorrinolaringología Internacional de esa Academia. Período (1993-1996, 1996-1999)
Presentado por el Instituto de Otorrinolaringología de Santa Fe.

Roberto Sancho Álvarez
Dirección de Comunicación Organizacional
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