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Una mirada a Haití para reflexionar

POLITEAMA
REVISTA ELECTRÓNICA
editada por el Taller Cultural
SIN SO CIEGO
Año 2 – Nº 14 –Enero de 2010
SUPLEMENTO ESPECIAL

Parte A
EDITORIAL
” La verdadera reconstrucción de Haití”.

El mundo todo está conmovido por la situación que vive hoy este país caribeño.
Las nuevas tecnologías han jugado un papel preponderante a la hora de informar acerca de la realidad que vive Haití y sus pobladores.
Este país pionero en ricas cuestiones libertarias, es el más pobre del continente americano y su futuro resulta por demás incierto.
Los terremotos naturales ocurridos en los últimos días no han hecho otra cosa que agravar la situación existente originada por otros trágicos fenómenos que llegaron de la mano del accionar humano.
La Mirada distraída
Internet, las diferentes Redes sociales, la televisión, las radios y la prensa, nos acercan minuto a minuto una realidad Dantesca.
Todos queremos apoyar de alguna manera a este sufrido pueblo latinoamericano.
Sin embargo, nos preguntamos que pasará dentro de unos días, cuando ya estas noticias no conciten un gran rating de audiencia.
Antes de los trágicos terremotos las vivencias de este pueblo haitiano eran también acuciantes, pero nada mejor que unas píldoras de sensibilidad mediática para conmovernos profundamente.
Cuantos otros países que comparten este mundo terrenal con nosotros no viven situaciones similares sin que nada hagamos por ellas?
Hace unos días atrás, escribí otro artículo , donde expresábamos lo siguiente:
“Aunque parezca mentira, hemos arribado al año 2010 habiendo ya recorrido la primer década del
siglo XXI.
El vértigo imperante rige nuestro accionar con cada vez mayor celeridad.
Seguimos corriendo y corriendo detrás de objetivos delineados por el mercado de consumo y de aquellas concepciones materialistas, que nos llevan a alejarnos cada vez más de lo que verdaderamente importa en nuestras vidas.
El grandioso caricaturista argentino Quino, décadas atrás en una de sus tiras dibujó al personaje universal Mafalda, diciendo: “Paren este mundo, que me quiero bajar”.
En 15 años la cifra de hambrientos en el mundo pasó de 800 millones a 1020 millones que existen en la actualidad.
Muchas de las mismas naciones que hoy tratan de salvar vidas en la nación caribeña, por otro lado despliegan su carrera armamentista, matando a más inocentes que a los supuestos culpables del mal.
Esperemos que toda esta tragedia sirva para que de una vez por todas Haití pueda encontrar más pronto que tarde posibilidades para construir un país diferente, donde su gente pueda vivir en libertad y mejorar su calidad de vida en todos los ámbitos.
De lo contrario se habrán derrochado en vano tanto esfuerzo y millones de solidarias lágrimas.

Autor: Humberto Demarco
Director del Taller Cultural Itinerante SinSoCiego
21 de Enero de 2010



ÍNDICE

Editorial Página 1
Historia de Haití Página 2
El Lujo de la miseria Página 5
Cruceros siguen visitando Haití en plena tragedia humanitaria
Nada nuevo bajo el Sol
El Vínculo existente entre Haití y Uruguay. Página 9
México
Crean en el IPN sistema de alerta capaz de informar por mensaje
de texto movimientos telúricos Página 12
Eduardo Galeano
La maldición blanca Página 12

Historia de Haití El país mas pobre de América

La República de Haití es un país del Caribe, en la parte occidental de la isla La Española, limitando, por tanto, con República Dominicana. Su área total es de 27.750 Km. y su capital es Puerto Príncipe.
Haití es una antigua colonia francesa, fue el primer país en Latinoamérica en declarar su independencia y el segundo del continente tras Estados Unidos.
La isla de La Española fue dada al conocer al mundo el 5 de diciembre de 1492 por Cristóbal Colón y hace parte de las llamadas Antillas Mayores. Antes de la llegada de los europeos, estaba habitada por las culturas Arawak, Caribes y Taínos; su población estimada entonces era de unos 300.000 habitantes.
En 1804, Jean Jacques Dessalines proclamó la independencia de Haití y se erigió emperador. En 1822, las tropas haitianas se apoderaron de la parte oriental de la isla de La Española (República Dominicana), que no recobró su independencia hasta 1844. La gran inestabilidad política del país sirvió a Estados Unidos como pretexto para invadirlo y ejercer así un control absoluto hasta 1934.
Los sucesos siguientes reflejaron la pugna entre las autoridades mulatas y las masas populares afro descendientes.
En 1957 fue elegido como Presidente de Haití François Duvalier, conocido popularmente como Papa Doc, quien gobernó dictatorialmente con ayuda militar y financiera de Estados Unidos, e incluso en 1964 se hizo proclamar presidente vitalicio. Su hijo Jean-Claude Duvalier (Baby Doc) lo sucedió en 1971.
La represión y la extrema pobreza en la cual el régimen mantenía a la población provocaron, a partir de fines de los años '70, el éxodo de la población haitiana, hacia la Florida y las Bahamas particularmente.
En 1986, un levantamiento popular derrocó a Jean-Claude Duvalier, que partió a refugiarse en el sur de Francia.
El fin de la era Duvalier no significó, sin embargo, el fin de la dictadura. Inmediatamente después de su partida, una junta militar dirigida por el general Henri Namphy se instaló en el poder. La elección de Leslie Manigat para la presidencia de la República, en 1988, no fue más que un paréntesis antes de un nuevo golpe de estado militar del general Namphy (junio),reemplazado el mismo en septiembre por el general Prosper Abril. En el poder hasta 1990, debió hacer frente a nuevas revueltas. Su renuncia abrió el camino a elecciones bajo control internacional y a una aparente normalización de la vida política.
Jean-Bertrand Aristide, un sacerdote católico que se había hecho abogado de los pobres, obtuvo una brillante victoria en diciembre de 1990. Su llegada a la presidencia de la República devolvió la esperanza al pueblo haitiano pero, en septiembre de 1991, fue derrocado por un golpe de estado militar y partió a refugiarse en los Estados Unidos. En cuanto a los miles de balseros haitianos que intentaban llegar a los Estados Unidos, la mayor parte fueron rechazados por los guardacostas norteamericanos. La Organización de los Estados Americanos (OEA), luego la Organización de las Naciones Unidas (ONU), decretaron sanciones contra el nuevo régimen militar del general Raoul Cédras. El país fue sometido a un bloqueo económico a partir de 1993. La situación alimentaria y sanitaria se degradaba, y las negociaciones por el retorno de Aristide se hacían eternas.
Finalmente, los Estados Unidos decidieron una intervención militar. Las tropas norteamericanas desembarcaron en Haití el 19 de septiembre de 1994. La junta militar debió dejar el poder y el presidente Aristide fue restablecido en sus funciones en octubre de 1994. Su mandato, sin embargo, llegaba a su fin y la Constitución no lo autorizaba a pretender un segundo.
Haití es una república presidencialista con un presidente elegido popularmente y una Asamblea Nacional. La constitución fue introducida en 1987 y está basada en las constituciones de Estados Unidos y de Francia. Luego de haber sido suspendida por algunos años, fue reinstaurada por completo en 1994.
Elegido en diciembre de 1995, el antes Primer Ministro René Préval asumió sus funciones en febrero de 1996.
El 29 de febrero de 2004, un golpe de estado encubierto, promovido por EEUU culminó con la renuncia del presidente Jean-Bertrand Aristide.
En el 2006 fue reelegido "democráticamente" el antiguo aliado de Aristide, René Préval.
Resumen histórico recién de Haití (1991-2006)
• Diciembre 1991:
Jean-Bertrand Aristide elegido presidente (primer presidente de la historia de Haití electo democráticamente)
• Septiembre 1991: Aristide derrocado por un golpe
• 1991 - 1994: Tres años de gobiernos militares por el general Raoul Cédrass.
• 1993: Bloqueo económico
• 19 septiembre 1994: desembarco en Haití de las tropas estadounidenses
• octubre 1994: Aristide restablecido en sus funciones de Presidente
• febrero 1996: René Préval, elegido en diciembre 1995, asume como Presidente y concluye su mandato en el 2000 (primer presidente en concluir su mandato sin interrupción). los anteriores presidentes, todos, murieron durante el mandato, depuestos por golpes, impuestos por una potencia extranjera o se quedaban en el cargo mucho mas de lo establecido.
• 2001: Aristide vuelve al poder
• 29 de febrero 2004: Golpe de estado; Boniface Alexandre , juez de la Corte Suprema fue nombrado presidente de una junta con el apoyo de Estados Unidos, Canadá y Francia;
• Junio de 2004: Minustah (Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití), integrada por Brasil, Bolivia, Estados Unidos, Francia, Canadá, Argentina, Chile, Uruguay, Croacia, Ecuador, España, Guatemala, Jordania, Malasia, Marruecos, Nepal, Paraguay, Perú, Filipinas y Sri Lanka • 6 de julio de 2005. masacre en Ciudad Soleil
• Febrero 2006: las nuevas elecciones conducen al poder nuevamente a René Préval
• 22 de diciembre 2006: La fuerza de Paz de la ONU, dirigidas por el general brasileño José Elito Carvalho Siquiera, con el apoyo de helicópteros, vehículos blindados y armas pesadas realizaron un masivo ataque contra los barrios pobres de Puerto Príncipe (la capital), causando por lo menos 17 muertos y 40 heridos. La represión fue ordenada por el Consejo de Seguridad de la ONU y ejecutada por soldados de Brasil, Bolivia, Chile y Uruguay. La crueldad de los invasores llegó al extremo de impedir que ambulancias de la Cruz Roja atendieran a los heridos.
Organización político-administrativa
Haití está dividido en 10 departamentos(subdivisiones):
• Artibonito, • Centro, • Grand'Anse,
• Nippes, • Norte, • Noreste,• Noroeste, • Oeste, • Sur, • Sureste

Geografía Mapa de Haití

Haití ocupa la tercera parte occidental de la isla de La Española e incluye algunas islas y cayos pequeños cercanos como Gronave y La Tortuga. La superficie total alcanza los 27.750 km².
La parte de Haití correspondiente a la isla de La Española está constituida principalmente por montañas escarpadas con pequeñas planicies y valles costeros.
La ciudad más grande es la capital Puerto Príncipe con 2 millones de habitantes, seguido por Cabo Haitiano , con 600.000.
El clima de Haití es tropical. La estación más lluviosa se extiende de abril a junio y de octubre a noviembre y con frecuencia, el país es azotado por tormentas tropicales y ciclones. El 18 de septiembre de 2004, el huracán Jeanne alcanzó Haití. Una semana después, el balance no definitivo era de más de 1160 personas muertas y otras 1250 desaparecidas. Los efectos de esta tormenta agravó las ya difíciles condiciones de vida del país ya que dejó 170.000 personas sin alimentos ni agua.

Economía

Haití es la economía menos desarrollada para un país del hemisferio occidental. Indicadores sociales y económicos colocan a Haití en puestos descendentes detrás de otros países en vías en desarrollo de bajos ingresos (particularmente en el hemisferio) desde los años 80. Haití está en la posición 150 de 175 países en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU.
Aproximadamente un 70% de la población vive en la pobreza. Cerca del 70% de los haitianos depende de la agricultura, que consiste principalmente de agricultura de subsistencia a pequeña escala y emplea cerca de las dos terceras partes de la población económicamente activa. El país ha tenido muy pocos puestos nuevos de trabajo desde que el Presidente René Préval tomó posesión en febrero de 2006, aunque la economía informal está en crecimiento. El fracaso en el intento de lograr acuerdos con patrocinadores internacionales han impedido que Haití obtenga asistencia para un presupuesto y programas de desarrollo.

Demografía

Evolución demográfica de Haití entre 1961 y 2003. Población en millones de Habitantes

Al año 2006, Haití tiene una población de 8.300.000 habitantes. El 97.5% es negra y el restante 2.5% es blanca (europeos o descendientes). Aunque Haití promedia cerca de 270 personas por kilómetro cuadrado, su población está concentrada más fuertemente en las zonas urbanas, planicies costeras y valles.

El francés es uno de los dos idiomas oficiales, pero es hablado por sólo el 10% de la población. Casi todos los haitianos hablan Kreyòl (Criollo, Creole haitiano ), el otro idioma oficial del país. El inglés es hablado entre los jóvenes y en el sector comercial. El español es hablado principalmente en la zonas limítrofes a la
República Dominicana.

El catolicismo romano es la religión estatal, la cual es profesada por la mayoría. Algunos se han convertido al protestantismo . Muchos haitianos practican también las tradiciones vudú, sin ningún conflicto con su fe cristiana. La esperanza de vida es de 53 años. El promedio de hijos por mujer es de 4.94 (la tasa más alta de America).
Solo el 53% de la población esta alfabetizada. Se calcula que el 5.6% de la población esta infectada con el virus de HIV (SIDA).

Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Hait%C3%AD
y nuestra adaptación (la parte del resumen histórico)
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http://www.wikio.it

El lujo de la Miseria

AFP, Actualizado: 20/01/2010

Siguen los cruceros de placer a Haití, una polémica forma de ayudar
La compañía de cruceros Royal Caribbean decidió mantener sus viajes de placer a Haití, a pesar de la conmoción en el país, y asegura que conservar la actividad y el trabajo de sus empleados haitianos es la mejor manera de colaborar con la tragedia.
Royal Caribbean tiene una isla propia, Labadee, en el norte de Haití, a unos 150 kilómetros del epicentro del terremoto en Puerto Príncipe, y allí llegan sus cruceros tres veces por semana.
Para el martes estaba programado la llegada del 'Liberty of the Seas', un monumental crucero con capacidad para 3.600 pasajeros que llegarán a disfrutar de dos días en ese rincón paradisíaco de Haití que no fue afectado por el terremoto.
"Estamos con los itinerarios normales, con tres barcos por semana a Labadee", dijo a AFP la directora de comunicaciones corporativas de Royal Caribbean, Lyan Sierra-Caro.
"El lunes llegó el Navigator of the Seas, hoy martes tenemos al Liberty of the Seas, y el viernes el Celebrity Solstice", dijo Sierra-Caro, que indicó que la empresa "no ha registrado cancelaciones" debido a la situación en Haití.
El anuncio de la continuidad de los viajes encendió una fuerte polémica basada en si la empresa hacía bien en llevar gente en cruceros de placer, mientras en otro sector del país la comunidad internacional se desvive por hallar sobrevivientes de una catástrofe con decenas de miles de muertos.
"No puedo imaginarme comiendo mi hamburguesa en esas playas sabiendo cuantos han muerto, cuantos están muriendo de sed y cuantos van a morir a causa de las heridas", dijo un pasajero en el 'Log' Cruise Critic, bajo el nombre Bakincakes, que dijo haber viajado a Labadee poco antes del terremoto.
La empresa salió al cruce de las críticas y anunció que donará a un millón de dólares en ayuda humanitaria en Haití, y que los ingresos que obtenga por los viajes a Ladabee también serán destinados a ayudar a las víctimas del terremoto.
Asimismo, cada crucero lleva contenedores con arroz, leche en polvo, agua y comida enlatada, informó en un comunicado.
"Ir a la isla y generar actividad, de los vendedores del lugar y de los 230 empleados que tenemos allí, creemos que es importante", dijo el presidente de Royal Caribbean, Adam Goldstein, en su Log.
"La gente que va a disfrutar a Labadee también lleva ayuda. Y nosotros apoyamos a nuestros clientes que deciden colaborar de esta manera", señaló.
El crucero más grande y lujoso del mundo, Oasis of the Seas, con capacidad para 6.300 pasajeros, 16 cubiertas con atracciones de todo tipo y parques naturales con árboles verdaderos, tuvo su viaje inaugural el 1 de diciembre pasado justamente a Labadee, Haití, pero actualmente no está cubriendo esa playa del Caribe, informó Sierra Caro a AFP.


El porqué de las cosas
Los Estados unidos no tienen la culpa…

Revuelta de hambre en Haití.

Un país que hace 30 años aún cultivaba todo el arroz que necesitaba. Las revueltas en Haití debidas al explosivo incremento en el costo de los alimentos se han saldado con la vida de seis personas.
También ha habido revueltas de hambre en Burkina Faso, Camerún, Costa de Marfil, Egipto, Guinea, Mauritania, México, Marruecos, Senegal, Uzbekistán y Yemen. The Economist, que ha llamado "el tsunami silencioso" a la actual crisis, denuncia que en el último año el precio del trigo aumentó un 77% y el del arroz un 16%, pero que desde enero el precio del arroz se incrementó un 141%.
Las razones de tales aumentos incluyen el encarecimiento del precio del combustible, problemas climáticos, incremento de la demanda en China e India, así como la presión para producir bio combustibles a partir de cereales.
Hermite Joseph, una madre que trabaja en los mercados de Puerto Príncipe, le dijo al periodista Nick Whalen que sus dos niños son como "pequeños palillos", porque no están suficientemente alimentados. Antes, con un dólar veinticinco centavos se podían comprar verduras, algo de arroz, diez centavos de carbón y un poco de aceite de cocina. Ahora, sólo una pequeña cantidad de arroz cuesta 65 centavos, y de mala calidad. El aceite, 25 centavos. El carbón, 25 centavos. Un dólar veinticinco centavos ya ni siquiera alcanza para hacer un plato de arroz para un niño".El programa alimentario de la iglesia de Santa Clara, en las Kazo, un barrio de Puerto Príncipe, sirve 1.000 comidas diarias gratuitas, casi todas a chicos hambrientos, cinco veces a la semana, conjuntamente con la Fundación What If. Los niños de Cite Soleil han llegado a caminar 8 kilómetros hasta la iglesia para poder comer. El costo del arroz, de las judías, las verduras, de la carne, las especias, del aceite comestible, del propano para la cocina, se ha incrementado de forma alarmante. Y debido al aumento del precio de los alimentos, las porciones de comida se han reducido. Pero el hambre está aumentando y más y más niños van a por la comida gratis.
A los adultos con hambre se les suele permitir comer las sobras una vez que los chicos se han saciado, pero ahora hay cada vez menos sobras.
Opinando sobre Haití el 18 de abril pasado, el The New York Times dijo que "su industria agrícola es un caos, necesita alimentarse mejor a sí misma". Desafortunadamente, el artículo no decía absolutamente nada sobre una de las principales causas de la escasez: el hecho de que los Estados Unidos y otras instituciones financieras internacionales han destruido a los agricultores arroceros haitianos para ampliar el mercado del subsidiado arroz de los agricultores estadounidenses. Esta no es la única causa de la hambruna en Haití y otros países pobres, pero es su principal motor.
Treinta años atrás, Haití producía casi todo el arroz que necesitaba. ¿Qué ha sucedido? En 1986, tras la expulsión de el dictador haitiano, Jean Claude "Baby Doc" Duvalier, el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo un préstamo a Haití por 24,6 millones de dólares, dado que se necesitaban fondos desesperadamente (Baby Doc asaltó el tesoro en su huida). Pero, para obtener el préstamo del Fondo, se exigía que Haití redujera sus aranceles comerciales que protegían su producción arrocera y de otros productos agrícolas con la finalidad de que se abrieran los mercados del país a la competencia con otros países. Los Estados Unidos fueron, por mucho, la principal voz en las decisiones del FMI.
El doctor Paul Farmer estaba entonces en Haití, y vio lo que sucedería: "antes de dos años será imposible para los agricultores haitianos competir con lo que ellos llaman el 'arroz de Miami'. Todo el mercado de arroz local en Haití se desmoronará cuando el arroz estadounidense, barato y subsidiado o incluso en la forma de 'ayuda alimentaria', invada el mercado. Habrá violencia, 'guerras por el arroz' y se perderán muchas vidas".
"El arroz estadounidense invadió el país", recordó Charles Suffrard, un importante productor de arroz en Haití en una entrevista con el Washington Post en 2000. Hacia 1987 y 1988, había tanto arroz entrando al país que muchos productores dejaron de trabajar la tierra. El padre Gerard Jean-Juste, un cura haitiano que había sido pastor en la iglesia de Santa Clara y un defensor manifiesto de los Derechos Humanos, concuerda: "en la década de los 80, el arroz importado se vertía en el país a un precio muy por debajo del costo de lo que nuestros agricultores podían producirlo. Éstos perdieron sus trabajos y huyeron a las ciudades. Después de unos pocos años de arroz barato importado, la producción local cayó estrepitosamente".
Aun así, la comunidad empresarial internacional no estaba satisfecha. En 1994, EEUU, el FMI y el Banco Mundial pusieron como condición para ayudar al presidente electo Jean Baptiste Aristide al reasumir su cargo, que Haití abriera aun más sus mercados.
Pero si Haití es el país más pobre del hemisferio occidental, ¿qué razón pudo tener Estados Unidos para destruir el mercado del arroz de este diminuto país? No cabe duda de que Haití es pobre. La Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos informa que el ingreso anual per capita es menor a los 400 dólares. La ONU señala que la esperanza de vida en Haití es de 59 años, mientras que en Estados Unidos es de 78. Alrededor del 78% de los haitianos malvive con menos de 2 dólares al día, y más de la mitad lo hace con menos de un dólar diario. Haití se ha convertido en uno de los principales importadores de arroz estadounidense. Las cifras de 2008 que ha mostrado el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos muestran que Haití es el tercer mayor importador de arroz procedente de ese país (alrededor de 243.000 toneladas de arroz). El negocio del arroz está fuertemente subsidiado en los Estados Unidos. Estos subsidios representaron el monto de 11 mil millones de dólares entre 1995 y 2006. Un solo productor, Riceland Foods Inc. de Stuttgart, Arkansas, recibió alrededor de 500 millones de dólares en subsidios al arroz entre 1995 y 2006. El Instituto Cato informó recientemente que el arroz es una de las materias primas a la que más contundentemente se ayuda en los Estados Unidos -con tres subsidios diferentes que alcanzan los mil millones de dólares por año desde 1998, y que se proyecta que alcancen una media de 700 millones por año hasta 2015.
¿El resultado? "en los países pobres, decenas de millones de cultivadores de arroz se han visto imposibilitados de sacar a sus familias de la pobreza debido a los precios más baratos y volátiles, producto de las políticas intervencionistas de otros países".
Además de los tres subsidios para los productores de arroz, en Estados Unidos existen barreras arancelarias directas del 3% al 24%, informa Daniel Griswold del instituto Cato -exactamente el mismo tipo de protecciones, aunque mucho más altas, que el FMI y los Estados Unidos exigieron a Haití eliminar entre las décadas de los80 y 90-.
La protección de los productores de arroz estadounidenses va aun más lejos. Una noticia que se publicó en 2006 en el Washington Post señalaba que el gobierno federal había pagado al menos 1,3 mil millones de dólares en subsidios a la producción de arroz y otros granos desde el 2000, a individuos que jamás habían cultivado nada; incluyendo 490.000 a un cirujano de Houston que había comprado un terreno cerca de esa localidad en el que alguna vez se había cultivado arroz. Y no son sólo los agricultores haitianos los que han sido damnificados.
Paul Farmer vio que esto también les sucedía a los productores de azúcar: "Haití, otrora el mayor exportador de azúcar y otros productos tropicales a Europa, comenzó a importar hasta azúcar, de la producción que recogen los Estados Unidos de sus plantaciones en la República Dominicana y Florida. Fue terrible ver a los agricultores haitianos quedarse sin trabajo. Todo esto aceleró la espiral descendente que condujo a las revueltas de hambre de este mes".
Después de estas revueltas y protestas, el presidente de Haití, Rene Preval, acordó reducir durante el mes siguiente el precio del arroz a 43 dólares la bolsa de 50 kg, que se estaba vendiendo a 51 dólares. Nadie piensa que una reducción por un mes hará algo más que retrasar por unas pocas semanas el terrible sufrimiento por hambre. Haití está muy lejos de ser el único en esta crisis. The Economist informa que mil millones de personas en el mundo viven con un dólar al día. El grupo de medios estadounidense Voice of America, informó que alrededor de 850 millones de personas sufrían hambre antes de la última escalada de precios. Treinta y tres países están en riesgo de convulsiones sociales provocadas por el aumento del precio de los alimentos, le dijo al Wall Street Journal el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick. Cuando los países tienen muchas personas que gastan ¾ partes de sus ingresos diarios en comida, "no hay margen de supervivencia".
En los Estados Unidos la gente está sintiendo los problemas mundiales en el surtidor de gasolina y en el supermercado. La gente de clase media puede disminuir sus viajes o comprar cortes de carne más baratos. El número de personas que reciben subsidios alimentarios alcanzó un récord histórico. Pero en los países pobres, donde la desnutrición y el hambre eran la norma antes del aumento de precios, no hay alternativas para evitarlo excepto no comer. Esto es lo que produce las revueltas de hambre. En el corto plazo, la comunidad internacional está enviando bolsas de arroz a Haití.
Venezuela envió 350 toneladas de comida. Estados Unidos se comprometió a aportar 200 millones de dólares extra para aliviar el hambre en el mundo. La ONU se ha comprometido a distribuir má salimentos.
¿Qué puede hacerse a mediano plazo? Estados Unidos brinda una buena parte de la ayuda alimentaria mundial, pero lo hace de tal manera que sólo la mitad de los dólares gastados llega en realidad a la gente con hambre. La ley norteamericana exige que la ayuda alimentaria sea comprada a los productores estadounidenses, procesada y envasada en Estados Unidos, y transportada en buques de ese país -lo cual representa el 50% del dinero destinado-.
Un pequeño cambio en la ley estadounidense que permita al menos alguna compra local de alimentos, permitiría alimentar muchas más personas y además mantener los mercados agrícolas domésticos. ¿Qué debe hacerse en el largo plazo? El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, quien visitó Haití la semana pasada, dijo que "los países ricos necesitan reducir los subsidios agrícolas y barreras arancelarias para permitir que los países pobres generen ingresos con las exportaciones de alimentos. O el mundo soluciona el injusto sistema de intercambios, o cada vez que hay un problema como en Haití adoptamos medidas de emergencia y enviamos un poco de comida para aliviar temporalmente el hambre". Los ciudadanos estadounidenses saben muy poco acerca del papel de su gobierno en la creación de los problemas de hambre en Haití o en otros países. Pero los individuos pueden hacer mucho. La gente puede hacer donaciones para ayudar a alimentar a individuos hambrientos y participar apoyando organizaciones como Pan Para el Mundo (Bread for the World) u Oxfam para ayudar a cambiar las reglas estadounidenses y mundiales que favorecen a los países ricos. Este apoyo puede ayudar a los países a aumentar las oportunidades de alimentarse a sí mismos.
Mientras tanto, Merisma Jean-Claudel, una joven graduada de bachillerato en Puerto Príncipe le dijo al periodista Wadner Pierre ". la gente no puede comprar comida. El precio de la gasolina va en aumento. Es muy difícil para nosotros. El costo de vida es nuestra principal preocupación; no tener paz en el estómago significa no tener la mente en paz. Me pregunto si otros sobrevivirán en los próximos días porque las cosas están muy, muy difíciles".
"En el llano, la gente está muy hambrienta", denunció el hermano Jean-Juste. "Nuestro país debe abrir comedores de emergencia inmediatamente, para paliar el hambre hasta que podamos conseguirles empleo. Para el largo plazo, necesitamos invertir en irrigación, transporte y demás tipos de asistencia para nuestros agricultores y trabajadores".
En Puerto Príncipe, algo de arroz llegó en los últimos días. Una escuela que funciona en la parroquia de Sant-Juste recibió varias bolsas de arroz. Tenían arroz crudo para 1000 chicos, pero aún tuvieron que pedir ayuda. No había dinero para carbón, o aceite. Jervais Rodman, un carpintero desempleado con tres hijos estuvo el sábado en la larga fila para obtener arroz y judías donadas por la ONU en Puerto Príncipe. Cuando Rodman tuvo las pequeñas bolsas, le dijo a Ben Fox, de Associated Press: "las judías deben durarnos cuatro días. El arroz se terminará tan pronto como llegue a casa".
Bill Quigley es un abogado especializado en Derechos humanos y profesor de Derecho en la Universidad Loyola, en New Orleans. Suensayo sobre las protestas en el silo de lanzamiento nuclear Echo 9 está representada en Red State Rebels: Tales of Grassroots Resistance from the Heartland, publicado por AK Press.
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Nada nuevo bajo el Sol
El Vínculo existente entre Haití y Uruguay.
Cascos azules Uruguayos mueren en accidente aéreo.

La ONU ordenó una investigación sobre el incidente. El ministro de Defensa, Gonzalo Fernández, descartó la posibilidad de un ataque de fuerzas rebeldes y dijo a El País que el avión estaba en perfectas condiciones operativas

País INESTABLE. La Minustah fue creada en 2004 por el Consejo de Seguridad de la ONU para restaurar el orden después del violento derrocamiento y salida del país del presidente Jean Bertrand Aristide. El organismo tiene previsto renovar el mandato de la misión el próximo 13 de octubre para que siga garantizando la seguridad en el empobrecido país antillano, al tiempo que ayuda a fortalecer las instituciones locales.
La misión cuenta con un contingente militar de 7.000 miembros y otro policial de 2.000, en los que participan varios países latinoamericanos como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Perú y Uruguay, así como España, Francia, Italia, Canadá y Estados Unidos, entre otros.
En el marco de la Misión para la Estabilización y Mantenimiento de la Paz en Haití de la Organización de Naciones Unidas, la Minustah, múltiples y relevantes han sido las tareas desarrolladas por los efectivos uruguayos en el país caribeño.
Tras asegurar el desarrollo normal de los actos eleccionarios que culminaron con la asunción de René Preval como nuevo presidente de la República Democrática de Haití, las fuerzas de paz de ONU continúan por quinto año consecutivo con el trabajo de estabilización, colaborando en la formación de la policía local y desempeñando tareas de ayuda humanitaria como la distribución de alimentos y medicamentos así como también la colaboración con Instituciones establecidas que realizan este tipo de actividades.
El contingente uruguayo está dividido principalmente en dos batallones, el Batallón Uruguay V, ubicado al Norte del país, y el Batallón Conjunto Uruguay I, desplegado al Sur del territorio haitiano, cerca de la frontera con República Dominicana.
Uruguay es el segundo país de la fuerza de Naciones Unidas en despliegue numérico con unos 1.100 efectivos presentes en la actualidad. Los soldados uruguayos relevan cada seis meses, habiendo viajado hace algunas semanas el nuevo contingente.
Por orden de la ONU, Uruguay desplegó lanchas en ocho puntos de Haití en apoyo de la Policía, para evitar el contrabando y el tráfico de drogas, según la política definida por ONU, y asignó un Aviocar que hasta ahora había sido utilizado para transporte, búsqueda y rescate, así como relevamiento y control del territorio y de las aguas próximas al país.
LABOR HUMANITARIA. Desde 2004 en que está establecida la misión, un vicepresidente, tres ministros y otros jerarcas uruguayos visitaron al contingente compatriota.
El actual vicepresidente Rodolfo Nin Novoa concurrió a la isla en 2008, acompañado por el ex ministro de Defensa Nacional, José Bayardi.
Anteriormente, en el año 2004, el entonces ministro del área Yamandú Fau visitó la isla, en aquel entonces acompañado por el ministro de Salud Pública, Conrado Bonilla.
Además del ámbito militar, los efectivos uruguayos tuvieron participación en tareas sociales como la asistencia y rescate de heridos en el derrumbe de una escuela en Puerto Príncipe en el año 2007, y en tareas de traslado y asistencia a los damnificados por el huracán Hanna, en septiembre de 2008.

La lista de las víctimas

El ministro de Defensa Nacional, Gonzalo Fernández, dijo a El País que se trata de "la tragedia más importante" de la aviación militar por la cantidad de víctimas.
La Fuerza Aérea informó anoche que la nómina de fallecidos está integrada por: capitán (av.) José Larrosa (piloto), teniente1° (av.) Santiago Hernández (copiloto), aerotécnico principal José Pastor (operador de sistemas), aerotécnico 1º Enrique Montiel (mecánico de vuelo), aerotécnico 2ª Lilí Medina (operador de sistemas) y el aerotécnico 2ª Néstor Morales (ingeniero de vuelo). Además, fallecieron cinco integrantes del contingente jordano en Haití.

"Era gente de la Fuerza Aérea, bien entrenada. El avión estaba en perfecto estado de vuelo. Pasó en Haití, pero pudo haber pasado en el Cerro Pan de Azúcar de Piriápolis. La falla humana nunca se puede descartar", sostuvo el ministro.
Fernández dijo que está "absolutamente confirmado" que el avión no fue derribado por fuerzas hostiles sino que "se trató de un accidente".
El gobierno inició los trámites para la repatriación de los cuerpos, lo que se concretará en unos cuatro días.
Pobreza extrema y tambaleo político

Las fuerzas de paz de la ONU fueron enviadas a Haití luego del violento derrocamiento del ex presidente Jean-Bertrand Aristide, en el año 2004. La misión fue asistir a las autoridades locales, principalmente policiales, a estabilizar la situación.
¿Con qué panorama se encontraron? La mayor parte de los recursos de Haití está en manos del 15% de su población (el 1% de origen europeo posee la mitad de los bienes del país). El 73% de los haitianos vive en la pobreza extrema, carece de saneamiento, padece escasez de agua potable y, en la mayoría de los casos, no tiene acceso a la electricidad.
Pese a la presencia de una fuerza de cascos azules de la ONU desde el año 2004, la violencia ha sido persistente en los últimos años. Testimonios de los soldados uruguayos cuentan que se encontraban cadáveres en las calles; las bandas armadas, integradas por soldados desbandados, se movían con total libertad.
Para mayo de 2005 unos 10.000 haitianos habían sido asesinados y más de un millar encarcelados, la mayoría partidarios del depuesto Jean-Bertrand Aristide.
El consejo electoral declaró que René Preval había triunfado en las elecciones generales de febrero de 2006, tras un acuerdo entre las partes para modificar el sistema de cómputo de votos en blanco y evitar así una segunda vuelta.
Finalmente en junio de 2006, tras dos años de incertidumbre, asumió un nuevo gobierno democrático encabezado por Preval y con Jacques-Edouard Alexis como primer ministro.
En julio, importantes donantes acordaron un paquete de ayuda por US$ 750 millones para recuperar la economía del país.
En enero de 2007 las fuerzas de paz de la ONU lograron tomar el control de Cite Soleil, uno de los barrios marginados más violentos de Puerto Príncipe,tras semanas de combates, con decenas de muertos, contra las bandas callejeras.
Tras esta etapa, las aguas parecieron calmarse en la isla con una presencia de soldados de ONU en aumento, afectados ahora a tareas policiales.
Año 2009.
El País Digital
Montevideo – Uruguay
Crean en el IPN sistema de alerta capaz de informar por mensaje de texto movimientos telúricos
Reportero: Karina Del Ángel

Científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollaron un sistema de alerta capaz de informar, vía mensaje de texto, movimientos telúricos en tan sólo unos minutos.
Este sensor capta la actividad en las placas tectónicas de la tierra a través de un receptor, que a su vez envía la señal a los celulares.
El tiempo promedio que una onda sísmica tarda en llegar a la Ciudad de México, desde las costas del Océano Pacífico, puede variar entre 40 y 200 segundos por lo que la velocidad en que se recibe este mensaje es vital para evitar la pérdida de vidas humanas.
Fecha: 19 de enero del 2010
Artículo proporcionado por: http://revistaesperanza.com
México

La maldición blanca
Eduardo Galeano

El primer día de este año, la libertad cumplió dos siglos de vida en el mundo. Nadie se enteró, o casi nadie. Pocos días después, el país del cumpleaños, Haití, pasó a ocupar algún espacio en los medios de comunicación; pero no por el aniversario de la libertad universal, sino porque se desató allí un baño de sangre que acabó volteando al presidente Aristide.
Haití fue el primer país donde se abolió la esclavitud. Sin embargo, las enciclopedias más difundidas y casi todos los textos de educación atribuyen a Inglaterra ese histórico honor. Es verdad que un buen día cambió de opinión el imperio que había sido campeón mundial del tráfico negrero; pero la abolición británica ocurrió en 1807, tres años después de la revolución haitiana, y resultó tan poco convincente que en 1832 Inglaterra tuvo que volver a prohibir la esclavitud.
Nada tiene de nuevo el ninguneo de Haití. Desde hace dos siglos, sufre desprecio y castigo. Thomas Jefferson, prócer de la libertad y propietario de esclavos, advertía que de Haití provenía el mal ejemplo; y decía que había que “confinar la peste en esa isla”. Su país lo escuchó. Los Estados Unidos demoraron sesenta años en otorgar reconocimiento diplomático a la más libre de las naciones. Mientras tanto, en Brasil, se llamaba haitianismo al desorden y a la violencia. Los dueños de los brazos negros se salvaron del haitianismo hasta 1888. Ese año, el Brasil abolió la esclavitud. Fue el último país en el mundo.
Haití ha vuelto a ser un país invisible, hasta la próxima carnicería. Mientras estuvo en las pantallas y en las páginas, a principios de este año, los medios trasmitieron confusión y violencia y confirmaron que los haitianos han nacido para hacer bien el mal y para hacer mal el bien.
Desde la revolución para acá, Haití sólo ha sido capaz de ofrecer tragedias. Era una colonia próspera y feliz y ahora es la nación más pobre del hemisferio occidental. Las revoluciones, concluyeron algunos especialistas, conducen al abismo. Y algunos dijeron, y otros sugirieron, que la tendencia haitiana al fratricidio proviene de la salvaje herencia que viene del Africa. El mandato de los ancestros. La maldición negra, que empuja al crimen y al caos.
De la maldición blanca, no se habló.
La Revolución Francesa había eliminado la esclavitud, pero Napoleón la había resucitado:
—¿Cuál ha sido el régimen más próspero para las colonias?
—El anterior.
—Pues, que se restablezca.
Y, para reimplantar la esclavitud en Haití, envió más de cincuenta naves llenas de soldados.
Los negros alzados vencieron a Francia y conquistaron la independencia nacional y la liberación de los esclavos. En 1804, heredaron una tierra arrasada por las devastadoras plantaciones de caña de azúcar y un país quemado por la guerra feroz. Y heredaron “la deuda francesa”. Francia cobró cara la humillación infligida a Napoleón Bonaparte. A poco de nacer, Haití tuvo que comprometerse a pagar una indemnización gigantesca, por el daño que había hecho liberándose.
Esa expiación del pecado de la libertad le costó 150 millones de francos oro. El nuevo país nació estrangulado por esa soga atada al pescuezo: una fortuna que actualmente equivaldría a 21,700 millones de dólares o a 44 presupuestos totales del Haití de nuestros días. Mucho más de un siglo llevó el pago de la deuda, que los intereses de usura iban multiplicando. En 1938 se cumplió, por fin, la redención final. Para entonces, ya Haití pertenecía a los bancos de los Estados Unidos.
A cambio de ese dineral, Francia reconoció oficialmente a la nueva nación. Ningún otro país la reconoció. Haití había nacido condenada a la soledad.
Tampoco Simón Bolívar la reconoció, aunque le debía todo. Barcos, armas y soldados le había dado Haití en 1816, cuando Bolívar llegó a la isla, derrotado, y pidió amparo y ayuda. Todo le dio Haití, con la sola condición de que liberara a los esclavos, una idea que hasta entonces no se le había ocurrido. Después, el prócer triunfó en su guerra de independencia y expresó su gratitud enviando a Port-au-Prince una espada de regalo. De reconocimiento, ni hablar.
En realidad, las colonias españolas que habían pasado a ser países independientes seguían teniendo esclavos, aunque algunas tuvieran, además, leyes que lo prohibían. Bolívar dictó la suya en 1821, pero la realidad no se dio por enterada. Treinta años después, en 1851, Colombia abolió la esclavitud; y Venezuela en 1854.
En 1915, los marines desembarcaron en Haití. Se quedaron diecinueve años. Lo primero que hicieron fue ocupar la aduana y la oficina de recaudación de impuestos.
El ejército de ocupación retuvo el salario del presidente haitiano hasta que se resignó a firmar la liquidación del Banco de la Nación, que se convirtió en sucursal del Citibank de Nueva York. El presidente y todos los demás negros tenían la entrada prohibida en los hoteles, restoranes y clubes exclusivos del poder extranjero. Los ocupantes no se atrevieron a restablecer la esclavitud, pero impusieron el trabajo forzado para las obras públicas. Y mataron mucho. No fue fácil apagar los fuegos de la resistencia. El jefe guerrillero, Charlemagne Péralte, clavado en cruz contra una puerta, fue exhibido, para escarmiento, en la plaza pública.
La misión civilizadora concluyó en 1934. Los ocupantes se retiraron dejando en su lugar una Guardia Nacional, fabricada por ellos, para exterminar cualquier posible asomo de democracia. Lo mismo hicieron en Nicaragua y en la República Dominicana. Algún tiempo después, Duvalier fue el equivalente haitiano de Somoza y de Trujillo.
Y así, de dictadura en dictadura, de promesa en traición, se fueron sumando las desventuras y los años.
Aristide, el cura rebelde, llegó a la presidencia en 1991. Duró pocos meses. El gobierno de los Estados Unidos ayudó a derribarlo, se lo llevó, lo sometió a tratamiento y una vez reciclado lo devolvió, en brazos de los marines, a la presidencia. Y otra vez ayudó a derribarlo, en este año 2004, y otra vez hubo matanza. Y otra vez volvieron los marines, que siempre regresan, como la gripe.
Pero los expertos internacionales son mucho más devastadores que las tropas invasoras. País sumiso a las órdenes del Banco Mundial y del Fondo Monetario, Haití había obedecido sus instrucciones sin chistar. Le pagaron negándole el pan y la sal. Le congelaron los créditos, a pesar de que había desmantelado el Estado y había liquidado todos los aranceles y subsidios que protegían la producción nacional. Los campesinos cultivadores de arroz, que eran la mayoría, se convirtieron en mendigos o balseros. Muchos han ido y siguen yendo a parar a las profundidades del mar Caribe, pero esos náufragos no son cubanos y raras veces aparecen en los diarios.
Ahora Haití importa todo su arroz desde los Estados Unidos, donde los expertos internacionales, que son gente bastante distraída, se han olvidado de prohibir los aranceles y subsidios que protegen la producción nacional.
En la frontera donde termina la República Dominicana y empieza Haití, hay un gran cartel que advierte: El mal paso.
Al otro lado, está el infierno negro. Sangre y hambre, miseria, pestes.
En ese infierno tan temido, todos son escultores. Los haitianos tienen la costumbre de recoger latas y fierros viejos y con antigua maestría, recortando y martillando, sus manos crean maravillas que se ofrecen en los mercados populares.
Haití es un país arrojado al basural, por eterno castigo de su dignidad. Allí yace, como si fuera chatarra. Espera las manos de su gente.
Tomado de: Página/12, Buenos Aires, domingo 4 de abril de 2004.

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